Personas altamente sensibles
Ser una persona altamente sensible (PAS) no es un rasgo patológico, pero sí puede ser el altavoz para que trastornos en salud mental se generen o se agudicen, habitualmente en el ámbito de las relaciones (codependencia, adicciones, TLP, etc.).
Debemos diferenciar entre la alta sensibilidad y la superabundancia de imágenes mentales, que se reviven en todo momento y con todo detalle. En este último caso, hablaríamos de hiperfantasía (en contraposición a la afantasía, que es la ausencia de imágenes en la hora de pensar). La hiperfantasía puede derivar en una desadaptación entre la representación de la realidad y la realidad misma, por lo que si resulta patológica también la trabajamos en terapia.
“Lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que conocemos cambia lo que vemos”.
Tener un elevado procesamiento sensorial comporta vivir los golpes físicos y psicológicos de forma muy intensa. Una PAS siente, empatiza, observa, reflexiona, etc., con una sensibilidad e intensidad superior a la media. Gestionar este gran volumen de información hace que la toma de decisiones resulte compleja, y más en situaciones de estrés, en las que fácilmente se saturan. Las críticas, miedos, incertidumbre, etc., pueden disparar reacciones emocionales que hacen que se sientan incomprendidas e inadecuadas.
Por otro lado, gozan de una rica vida interior, sensibilidad artística, etc., por lo que la terapia recomendada, en atención a su vocación de profundidad, es la psicología analítica.