Trastornos de ansiedad
El trastorno de ansiedad es una de las patologías más generalizadas. Sus causas pueden ser muchas, tantas como personas sufren esa enfermedad. Pero su patrón siempre es el mismo. Por eso que el trabajo en terapia no sólo es posible, sino que muy recomendable.
La angustia es un mecanismo de «defensa» del que dispone nuestra psique. Se presenta como un estado de excepción a modo de alienación transitoria. El problema es cuando se genera de forma frecuente y duradera, e incluso crónica.
“Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó.”
En la persona, se manifiesta como una negación de sí misma (“no debería ser así… no debería haber hecho esto…”, etc.) vivida con gran reproche. Por tanto, me siento culpable porque sufro, y al sentirme culpable sufro aún más, y cuanto más sufrimiento, más culpabilidad, y así hasta llegar al colapso (ataque de ansiedad).
Si lo que te ocurre, no debería haber pasado, entonces no hay nada que puedas hacer para solucionarlo. Sólo sufrir. Mucho. La actuación ante una crisis de ansiedad, es ante todo superar la situación. Nada más puedes hacer, ni para que aparezca, ni para que desaparezca: La ansiedad se irá por sí sola porque sólo es miedo irracional a un desenlace fatal. El mero hecho de seguir respirando con normalidad hará que esta idea entre en contradicción y que el pánico vaya perdiendo fuerza.
Ahora bien, una vez que haya remitido, si has sido advertido en más de una ocasión con ataques similares, debes plantearte muy en serio realizar una terapia adecuada. Esta tendencia no desaparecerá por arte de magia.