Enfoque terapéutico
Así como no tiene sentido juzgar a alguien por tener un resfriado (es evidente que nadie es mejor o peor por estornudar), lo mismo ocurre con las patologías psicológicas. Evitar culparnos de forma constante nos permite asumir la responsabilidad por nuestras acciones.
La dificultad en la salud mental radica en que, cuando una persona se identifica con su patología, llega a «ser» su patología. Hay una sobredimensión del ego cuando se define a través del sufrimiento. Es como si la persona pensara: «¿No estaré más segura si me protejo con un tanque blindado en lugar de enfrentar mis problemas directamente?» Sin duda, pero vivir dentro de un tanque blindado no es realmente vivir, sino sobre-vivir, estar por encima de la vida, que se teme por conllevar la muerte. En realidad, es miedo a la vida.
Las personas con trastornos mentales a menudo se sienten como hojas arrastradas por el viento. Cuanto más intentan controlar su vida (haciendo lo que creen que deben hacer, buscando ser amadas como esperan serlo, etc.), más desconectadas se sienten.
“¡La vida va a ser vulnerable!”
Aunque el tema se exprese a través del ego, el tema no es el ego, sino la verdad más allá de lo que el ego quiera y proteja con su tanque.
La terapia pasa para que la persona pueda chocar con las paredes de este carro acorazado, para darse cuenta (reconocer, reflexionar, reintegrar) que está ahí. Esta «cárcel» puede estar decorada con ilusiones y buenas intenciones, en un ambiente cálido y familiar. Sin embargo, sigue siendo una prisión que impide el acceso a uno mismo, al dolor, al razonamiento, a las decisiones y a la vida en su plenitud.
"Lo verdaderamente terapéutico, es vivir"
Por eso, en una terapia psicológica adecuada no se trata de decirle a la persona lo que tiene que pensar. Si nos limitamos a regular lo que la persona hace, dice o siente, seguimos en el ámbito del ego identificado con su patología. Al hacerlo, reforzamos ese papel protagonista del ego.
¿Soy un fracaso si no logro una meta que me he propuesto? ¿Me convierto en una mejor persona al establecer metas aún más altas? No. Este enfoque ya está obsoleto. Debemos explorar lo que está detrás de esto: la herida del ego por no ser tan relevante, la comprensión de que hay cosas más importantes que uno mismo: la verdad. No podemos resolver nada juzgando lo que debería haber sido; solo podemos abordarlo tal como es. Aprender a desapegarnos de las batallas del ego, de los triunfos y fracasos, sin importar si nos causan dolor o placer, es un signo de salud mental.
Entiendo lo que significa luchar contra una enfermedad mental. Recuerdo que solo quería tener una oportunidad real, pero siempre buscaba soluciones externas: salvadores, hazañas heroicas, o intentaba convertirme en alguien que no era. Sin embargo, para tener una oportunidad real, yo también debía ser viable. Renunciar (psicológicamente) a la protección del «tanque» y aprender a sostenerme por mí mismo parecía imposible, así que volvía a depender de otros. Este ciclo de autodestrucción se rompió cuando comencé una terapia seria y adecuada. Esta experiencia me llevó a ofrecer este servicio, para ayudar a otros en situaciones similares.